sábado, 15 de febrero de 2014

La caja naranja de Laura


Hola amig@s, esta mañana he estado leyendo “La caja naranja de Laura”.  Es el blog de la niña que nos acaba de dejar. No sabía que Laura escribiera un blog y no he podido resistir la tentación de acercarme a ella aunque fuera a través de sus palabras. 

Doy gracias  a Dios, por haberlo hecho, porque he descubierto que era su deseo que la leyéramos, era su deseo compartir con todos nosotros sus días. Era una niña feliz hasta que este monstruo se apoderó de ella…pero a pesar de ello la madurez y la esperanza que nos transmiten sus líneas no son propias de una niña, o sí, porque un adulto no tendría la entereza de vivir sus días con tanta dignidad. 

Hace poco escuché a un psicólogo decir en televisión que sólo los niños son capaces de afrontar la muerte con dignidad y es que yo estoy segura de que estos niños son ángeles en la tierra. Los adultos somos más reacios a comprender, nos rebelamos hasta la locura, mientras que los niños se llenan de rabia y de impotencia pero aprovechan sus días para vivirlos a tope, para transmitirnos sentimientos indescriptibles. Laura se sentía orgullosa de sí misma porque entre tratamiento y tratamiento la vida seguía para ella. Empezó a valorar los buenos momentos, esos que tanto echaba de menos cuando carecía de ellos. En su blog anima a las personas enfermas a tener paciencia y ánimo y da  gracias a todos los profesionales en su labor diaria.

Yo desde aquí también quiero darle las gracias a ella, a nuestra Laura, que su dolor y el de su familia no caigan en el vacío, que aprendamos de ella a disfrutar de todo lo bueno que la vida nos ofrece. Cada vez que veamos la habitación de nuestros hijos patas arriba vayamos hacia ellos y démosles un abrazo en vez de un grito, seamos agradecidos por tenerlos entre nosotros, sanos y llenos de vida. No hay mucho que decir a esa familia en estos momentos, no hay palabras de consuelo, pero podemos ponernos en su lugar, y decidme si el dolor que sentís no os encoge el corazón…

Dios existe con toda seguridad, yo que lo he visto y he hablado con él sé que Laura está a su lado. LAURA bajó a la tierra para que otras personas tomaran conciencia, para darnos una lección de vida, y aunque esos padres estén muertos de dolor deben sentirse orgullosos de una hija como la que tenían.  Un beso, para ti, Laura, me acordaré de ti cada vez que vea un árbol, una cascada, una montaña o una playa…ese póster que tenías en la habitación será un punto de encuentro entre tú y todas las personas que te quisieron y conocieron.
       Siempre te recordaremos con esa maravillosa sonrisa 
                                                                                                                   Rosa
Te recomiendo que leas:   La Caja naranja de Laura

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